Llegó la hora, es el momento de que las cosas cambien

18 de Noviembre de 2010

UN SALUDO A TODOS LOS CIUDADANOS AZUDENSES QUE CREEN QUE LLEGÓ EL MOMENTO DEL CAMBIO

La crisis económica y social amarga nuestras vidas. No es la primera vez que ocurre algo así. En el siglo XIX, desde la primera convulsión del capitalismo allá por 1848, las crisis económicas se sucedieron con una regularidad que impresiona hasta sumar cinco episodios, uno por década. En el siglo XX el capitalismo generó otras seis grandes crisis (1906, 1920, 1929, 1973, 1992 y 2000) y una de ellas, la Gran Depresión, desembocó en la mayor carnicería de la historia de la humanidad bajo la forma de guerra mundial, totalitarismos y holocausto. En el siglo que acaba de comenzar padecemos otra crisis especialmente virulenta y equiparable en parte a la crisis del 29: la que estalló entre los años 2007-2008. El balance general que nos brinda la historia del capitalismo es, por lo tanto, muy claro: doce crisis en poco más de siglo y medio o, lo que es lo mismo, aproximadamente una crisis económica cada catorce años.

Todas estas crisis tienen puntos en común y, sobre todo, un desenlace idéntico: sus consecuencias inmediatas las pagaron siempre los más desfavorecidos.

Además de ser intrínsecamente inestable, el capitalismo ha dejado en la cuneta al 80% de la población mundial. El capitalismo, por tanto, es un sistema económicamente ineficiente porque no es capaz de sastisfacer las necesidades básicas de los seres humanos, a lo que une su condición de depredador de los recursos de un planeta que ya no aguanta más y que está comenzando a rebelarse contra la humanidad.

En la actualidad los grandes partidos nacionales se han convertido, por convicción o por impotencia, en abanderados de una visión del capitalismo singularmente dañina: el neoliberalismo. Parece que les importe más el bienestar del gran capital que el de los ciudadanos. Esos partidos aprueban paquetes multimillonarios de ayudas para una banca codiciosa e irresponsable mientras que endurecen la legislación laboral, rebajan el sueldo a los trabajadores y anuncian la reducción de las pensiones.

Para mantener sus cuotas de poder esos partidos mantienen un tinglado, el del bipartidismo, que pervierte el ideal representativo de la democracia. Para ello cuentan con la inestimable ayuda de pequeñas formaciones nacionalistas que, a cambio, reciben cuotas de poder muy por encima de la realidad social y política a la que representan. Obviamente, en este juego de suma cero, quien sale perdiendo es Izquierda Unida ya que el exceso de representación del PSOE, del PP y de los nacionalistas es el resultado del robo de la representación política que legítimamente deberíamos tener.

En Izquierda Unida de Azuqueca de Henares estamos convencidos de que el cambio no es una opción sino una obligación. El tiempo se agota y el margen se estrecha. Estamos llegando al límite físico de un sistema que atenta gravemente contra el equilibrio ecológico, la justicia, la igualdad y la paz social. El número de ciudadanos conscientes de esta realidad tan grave aumenta a diario aunque su voz no se escucha aún lo suficiente.

Por eso hemos creado este blog. En él los miembros de la candidatura de Izquierda Unida de Azuqueca de Henares y otros afiliados de nuestra organización expondremos nuestras reflexiones y propuestas para contribuir a una discusión serena sobre los graves retos a los que hemos de hacer frente, tanto a nivel general como local.

Pretendemos animar un debate social pervertido por gente que se escuda en el anonimato que proporciona internet para insultar cobardemente al adversario, por tertulias escandalosas y por mercenarios de la opinión que cobran por envenenar las conciencias. ¡Basta ya de rebuznos, de groserías, de zafiedad y de silencios cómplices!

Hay quienes considerarán que nuestros objetivos son muy ambiciosos. Cierto. Pero la urgencia de afrontarlos no es menor que la magnitud del desafío ante el que hemos de medirnos.

Concluyamos esta presentación con una frase inmortal de nuestro Francisco de Quevedo que, a pesar del tiempo transcurrido desde que se escribió, viene muy a punto: si quieres leernos "léenos, y si no, déjalo, que no hay pena para quien no nos leyere."

Consejo Político Local de IU

lunes, 27 de diciembre de 2010

Los disparates del PP azudense

Pleno Municipal de Azuqueca de Henares
El Grupo Municipal del PP encomienda siempre al concejal Bienzobas la defensa de los temas económicos en los plenos municipales. Debemos suponer, por tanto, que el Sr. Bienzobas sabe mucho de economía y de presupuestos, y que refleja en sus intervenciones el derechismo cada vez más acusado del PP. De lo primero no estamos seguros. De lo segundo sí.

Que sepa de economía y de presupuestos está por demostrar, puesto que después de muchos años aún no se ha enterado de que no es posible destinar un crédito a gasto corriente, o que la reducción del 5% aplicada en 2010 a los salarios de los trabajadores públicos debe consignarse obligatoriamente en los presupuestos del 2011. Además, todos guardamos un recuerdo imborrable de aquellos presupuestos que elaboró hace algunos años en los que hizo mal las sumas. Desde entonces, con razón, no se ha atrevido a presentar ningún presupuesto alternativo ante el Pleno municipal, mismamente para que no se repita el bochorno.

En cambio, no tenemos dudas de que sus pensamientos son un fiel reflejo de la ideología del PP. Para probar esta segunda afirmación, sirvan los siguientes ejemplos extraídos de algunas intervenciones del Sr. Bienzobas en los plenos municipales durante la legislatura actual, incluyendo el último del día 20 de diciembre:

Vivienda protegida y pública. “La misión de un Ayuntamiento no es conseguir viviendas baratas y que las viviendas baratas son un reclamo para personas que vienen de fuera.” Viva el mercado salvaje.

Impuestos. “No estamos de acuerdo con la forma de financiarse de este ayuntamiento vía impuestos.” Quizás, lo que quería decir es que estaría más de acuerdo con otras formas de financiación tipo Gürtel o similares.

Gastos. En un debate de presupuestos propuso reducir el gasto en calefacción en los colegios un 25%. Su propuesta, de haberse aplicado, nos hubiera llevado a la felizmente superada "España de los sabañones".

Inversión pública. El gasto público con fondos estatales para guarderías laborales, parques, mejora de barrios y colectores es un despilfarro. Según su opinión, ni un céntimo para estos “lujos”.

Desempleo. "Hay muchos desempleados que prefieren vivir del subsidio a trabajar". La opinión del Sr. Bienzobas es clarísima: una buena parte de los parados en España son unos vagos que viven de la sopa boba.

Cultura: “No es momento ahora de que Azuqueca tenga un Teatro-Auditorio”. ¿Verdad, Sr. Bienzobas, que la cultura es un capricho?

No es tiempo de perderse en conjeturas. Esto es lo que piensa el PP de Azuqueca de Henares. Este es su programa de gobierno. Ni toda la retórica del mundo sería suficiente para blanquear un ideario tan nocivo. Por eso los concejales del PP, con su portavoz a la cabeza, no quieren debatir públicamente ni con IU ni con nadie. Intuyen la derrota y que su reputación se dañaría. Que nadie se engañe.

Emilio Alvarado Pérez, Primer Teniente de Alcalde, Concejal de Cultura y otros Servicios, y candidato a la alcaldía de Azuqueca

domingo, 26 de diciembre de 2010

La verdad sobre la deuda municipal de Azuqueca de Henares

Pleno de presupuestos de Azuqueca de Henares. Foto Álvaro Díaz-Villamil

Después del pleno del 20 de diciembre, el PP realizó unas insinuaciones cobardes acerca de la deuda municipal. La  mejor respuesta a las insidias del PP son los datos del presupuesto. Las cifras de la deuda del Ayuntamiento, que son públicas, son las siguientes:

Deuda total a comienzos de 2011: 10.689.651 euros
Deuda total a finales de 2011: 10.689.651 euros
Pago de intereses en el 2011: 253.000 euros
Pago de amortizaciones en el 2011: 1.540.000 euros

Dado que nuestros ingresos corrientes liquidados ascienden a 25.755.767 euros, estas cifras significan que:

1) La deuda del Ayuntamiento de Azuqueca de Henares es el 41’5% de la deuda máxima legal que podría asumir. Esto quiere decir que la posición financiera del Ayuntamiento es sólida ya que a 31 de diciembre de 2011 aún le quedará un margen legal de endeudamiento de 58’5 puntos sobre 100.

2)  En el 2011, de cada 100 euros del presupuesto municipal sólo se dedicarán 6 euros al pago de intereses y a amortización de la deuda. Esta cantidad es totalmente asumible y supone una pequeña fracción del gasto total.

3)  La deuda durante el 2011 no subirá ni un céntimo.

Traslademos estos datos a un presupuesto familiar para que sean más comprensibles. Imaginemos una familia que tiene unos ingresos corrientes anuales de 24.000 euros. Pues bien, el montante total de todas sus deudas pasadas y presentes ascendería a 9.960 euros, por lo que tendría que pagar un crédito mensual de 123’5 euros. Eso es todo. Estas cifras, trasladadas a una economía familiar, son el equivalente de toda la deuda municipal azudense.

El PP no rebatió estas cifras en el pleno y no vamos a consentir que lo haga en notas de prensa cobardes sin derecho a réplica. IU reta al PP a que refute estas cifras. En primer lugar al señor Moraga, si se atreve. En segundo lugar, al señor Bienzobas, si se atreve. Y si no se atreven por separado, a los dos a la vez. No vamos a tolerar que el PP ensombrezca una gestión rigurosa, honrada y de izquierdas con enredos y marañas.

Estamos hartos de las mentiras del PP, un partido que, por otra parte, tiene decenas de imputados y encarcelados por robar el dinero de los contribuyentes y que en algunas ciudades (Madrid y Valencia) y comunidades en las que gobierna (Comunidad Valenciana y Región de Murcia) se ha gastado el presupuesto presente, el futuro y el plus ultra. Y de este asunto, el del despilfarro del PP, hablaremos dentro de poco.

Emilio Alvarado Pérez, Primer Teniente de Alcalde, Concejal de Cultura y otros Servicios, y candidato a la alcaldía de Azuqueca de Henares

miércoles, 22 de diciembre de 2010

La agonía del Estado neoliberal

El tráfico sin reglas se colapsa, el mercado sin reglas destruye las sociedades

A finales de los años 70 e inicios de los 80 se extendió por el mundo occidental una doctrina llamada neoliberalismo económico. Máximos exponentes políticos de esta ideología fueron Ronald Reagan en EEUU  y Margaret Thatcher en el Reino Unido.

España no se mantuvo al margen de esta moda y abrazó el nuevo ideario a través de ministros “socialistas” como Miguel Boyer y Carlos Solchaga. Desde entonces, el neoliberalismo ha impregnado al resto de ideologías llegando a convertirse en una especie de cosmovisión popular de la que muchos participan aun de modo inconsciente. En la actualidad, el mayor difusor en nuestro país del neoliberalismo es la FAES, fundación del PP presidida por Aznar, que cuenta con un presupuesto anual de cinco millones de euros para difundir la propaganda neoliberal, recibiendo de los presupuestos generales del Estado un 60% de esa cantidad y el otro 40% de aportaciones privadas secretas. Por otra parte, la inmensa mayoría de los medios de comunicación participan de esta visión de la economía y de la sociedad, por lo que no cabe hablar hoy en nuestro país de pluralismo informativo. Pero esta es otra historia que deberá ser tratada en otro momento..

¿Cuáles son los fundamentos del neoliberalismo económico y cómo los justifican sus defensores?

Los neoliberales denuncian que la intervención del Estado alimenta la expansión de una burocracia excesiva y poderosa que utiliza de manera ineficiente los recursos de la sociedad. Esa burocracia prospera en un sector público poco eficiente por la falta de competencia y por la seguridad laboral que ofrece a sus empleados. Además, el mantenimiento de toda esa estructura genera un déficit crónico imposible de asumir en momentos de crisis. Así mismo, los neoliberales consideran que el sector público representa una sobrecarga para el Estado ya que asume una continua ampliación de derechos sociales provocada por una demanda imposible de satisfacer. Por último, para los neoliberales el sistema administrativo resulta un problema para las empresas privadas y un obstáculo al crecimiento económico, debido a sus regulaciones sobre costes salariales y a las garantías que ofrece frente al despido en el ámbito privado.

¿Cuál es el ideal de Estado que proponen los “neoliberales”?

Defienden el protagonismo del mercado como único mecanismo eficaz en la asignación de recursos. El Estado quedaría limitado, por tanto, a crear y mantener el orden necesario para la libre competencia y la plenitud de las leyes del mercado. La misión del Estado consiste en levantar o eliminar las restricciones que la política social impone a los mercados, por lo que debe suprimir la provisión de los servicios de bienestar. Los neoliberales rechazan también el pleno empleo al considerar natural y positiva para el mercado cierta tasa de paro que, a la vez que mantiene los salarios bajos, ayuda a sostener una tasa de beneficios alta.

La crisis actual del capitalismo demuestra de manera inequívoca que la ideología neoliberal, lejos de beneficiar a la sociedad, la hunde aún más en el fango. La conclusión es, por tanto, evidente: el Leviatán llamado “mercado” es incapaz de autorregularse.

¿Qué hacen los Gobiernos nacionales o, mejor, que hace nuestro Presidente para afrontar una situación tan dramática en la que confluyen una crisis capitalista mundial y una ideología tan perniciosa?

Pues bien, Zapatero propone radicalizar el neoliberalismo. Valgan como ejemplos de lo dicho decisiones suyas como la supresión del subsidio de 426 euros a parados de larga duración, la reducción del salario de los trabajadores públicos, el incremento a 20 años para el cálculo de las pensiones y la propuesta de aumento de la edad de jubilación de los 65 a los 67 años.

¿Cómo se explica que un gobierno que se llama de izquierdas presente unas propuestas tan antisociales? ¿En qué parte del camino se le cayeron al PSOE las siglas “Socialista” y “Obrero”?

Señor Zapatero, así no se va a ninguna parte. El mercado, lejos de generar riqueza y optimizar recursos, nos ha conducido a un mundo más desigual y contaminado. La avaricia y la capacidad de chantaje del mercado financiero es tan grande que todos los gobiernos occidentales han acudido a su rescate arrojando a sus fauces cantidades indecentes de dinero de los impuestos que pagan los trabajadores y los consumidores. ¿Por qué entonces afianzar los principios del Estado neoliberal si ha quedado demostrado que es incapaz de resolver los problemas de la sociedad?

Frente a la no intervención del Estado, lo que hay que hacer es incrementar el gasto público a través de la lucha contra todas las formas de fraude fiscal y nacionalizar el sistema financiero para asegurar la llegada del crédito a empresas y familias. Y frente a la expoliación de la naturaleza por parte del mercado, hay que proponer la nacionalización de los recursos naturales para preservar el medio ambiente y desarrollar las energías renovables. En definitiva, frente a los que piden el Estado neoliberal, nuestra propuesta es el Estado social que, por cierto, es el que aparece en nuestra Constitución en su artículo 1.1: "España se constituye en  un estado social y democrático de Derecho"

Miguel Ángel Márquez Sánchez, afiliado de IU de Azuqueca de Henares

martes, 21 de diciembre de 2010

El obrero caminante


Don José Campaña Rivas, un hombre con dignidad
Don José Campaña Rivas, sevillano de 45 años, parado desde el 2007, año en el que la crisis ya se dejaba entrever aunque el señor Zapatero se empeñara en negarla, inició una marcha de protesta y de denuncia el pasado 18 de octubre. Ese día decidió salir de su pueblo, Mairena del Alcor, para, siempre caminando, llegar a las puertas del Congreso de los Diputados y exigirle al Gobierno su derecho al trabajo tal y como proclama la Constitución.

Hasta ahora ningún medio de comunicación se ha dignado a recoger esta noticia porque de lo que se trata es de que nadie se entere de esta reivindicación personal tan amarga y de que no trascienda un drama que, por desgracia, lo es también para millones de ciudadanos. Es de justicia que alguien cuente la historia de este  hombre, que se repite en muchos otros hombres y mujeres de nuestro país. Y eso es lo que voy a hacer.

Don José se pasa el día frente al Congreso, desde las ocho de la mañana hasta que finalizan los plenos a primera hora de la noche. Muchas horas de soledad en las que sólo recibe el aliento y el apoyo de los políticos de IU-PCE. Según relata Don José, el resto de sus señorías "se paran aquí delante, se bajan del coche oficial y ni te miran." Pocas palabras pero muy claras las de Don José, porque describen la actitud de una clase política acomodada que sólo sabe responder a las exigencias de los bancos y de las empresas más poderosas del país.

Parece ser que un día al señor Ministro de Trabajo, Don Valeriano Gómez, no le quedó otra que intercambiar algunas palabras con Don José. El protagonista de nuestra historia explicó al Ministro que tiene mujer y dos hijos, uno de 14 meses y otro de 5 años, y que su familia ha de apañarse con los "miserables 420 euros" de subsidio que otorga el Gobierno a quienes ya no pueden cobrar la prestación ordinaria por desempleo. El señor Ministro le contestó que “los 420 euros que se les da a los parados es una gran ayuda”. Sólo un mes después de esas palabras el gobierno del que forma parte el señor Ministro, cumpliendo órdenes de los poderosos, anunciaba la retirada de esta ayuda de emergencia.

Don José Campaña Rivas emprendió su protesta, tan pacífica como noble, porque estaba cansado de ser  prisionero del "ejército de reserva" que el gran capital necesita para sostener las malas condiciones laborales de la clase trabajadora, sobre todo ahora, en plena crisis financiera; porque estaba harto de que la limosna que le ofrece el Estado, que también se le acaba, no le llega para que su familia tenga una existencia decente; porque no soportaba el espectáculo de un Gobierno que regalaba a los bancos, los verdaderos culpables de la crisis, la riqueza que durante años han producido los trabajadores con el sudor de su frente; porque no se resignaba a que la Casa Real continuara recibiendo un estipendio público más que generoso mientras que la situación de miles de familias se deterioraba sin remedio y degeneraba en tragedias personales; porque se sentía avergonzado por no tener trabajo y decepcionado al ver que después de tres años el desempleo seguía creciendo escandalosamente. Muchas razones tenía Don José Campaña Rivas para caminar 600 kilómetros y exigirle al Gobierno que no quería limosnas sino el reconocimiento de su derecho al trabajo tal y como reconoce la Constitución en el artículo 35.

Don José continúa frente al Congreso de los Diputados, mientras que unas señorías que han abdicado ante el capital y que parecen haber olvidado principios elementales del socialismo, siguen aprobando leyes en contra del pueblo que les ha elegido. Frente a una representación de la soberanía popular claudicante, pero acompañado de miembros de IU y del PCE, Don José leyó un largo discurso de denuncia y de perplejidad que había escrito mientras caminó desde su pueblo hasta la capital.
 .
Hacen falta muchos caminantes obreros para poner fin a los abusos del gran capital. Y también un  gobierno de izquierdas que no sea lacayo de los patronos.

Sirva este poema de una de nuestras glorias nacionales como humilde homenaje a Don José y a todos los que como él están dispuestos a luchar por un futuro de justicia y de igualdad.

Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.



María José Pérez Salazar, militante de IU de Azuqueca de Henares

domingo, 19 de diciembre de 2010

Uso y abuso del estado de alarma


Llamazares explicando la posición de IU sobre el estado de alarma
A casi nadie le caen bien los controladores aéreos. Se lo han ganado a pulso. Es verdad que son un grupo desahogado, antipático, insolidario, egoísta y acostumbrado a abusar de una posición de preeminencia para aumentar una cuenta de privilegios que querrían infinita. Pero tal juicio, por muy acreditado que esté, no debe conducirnos a analizar biliosamente las consecuencias de los actos del Gobierno a partir del 16 de diciembre, día en el que decidió pedir la autorización del Congreso de los Diputados para prorrogar el estado de alarma hasta el próximo 15 de enero.

No permitamos que nuestro criterio sea nublado por filias o fobias. Apliquemos a este asunto lo que Tácito  aconsejaba en los Anales: sine ira et studio. La distancia y la frialdad son condiciones esenciales para una reflexión ponderada y sensata, sobre todo si se dirime algo tan sensible como la definición y el alcance de algunos derechos y libertades fundamentales de los ciudadanos.

Empecemos afirmando algunas obviedades que, por evidentes, se olvidan. La primera es que el Gobierno decide solicitar la prórroga del estado de alarma cuando el control aéreo lleva varios días funcionando con total normalidad. La segunda es que el Congreso de los Diputados la autoriza por 180 votos a favor (PSOE, CiU, CC y PNV), 131 abstenciones (PP) y 9 votos en contra (BNG, NaBai, UPyD y ERC-IU-ICV). La tercera es que nunca antes desde la aprobación de la Constitución ningún gobierno se había atrevido a declarar el estado de alarma en nuestro país, y tampoco ningún Congreso había acordado prorrogarlo. Y la cuarta, y no menos importante, es que atravesamos un período de creciente conflictividad y malestar social, y que esta decisión podría sentar un precedente muy preocupante ante conflictos laborales futuros.

Pero vayamos al grano. De lo que se trata con esta prórroga es, en esencia, de prolongar una situación de anormalidad jurídica que limita derechos y libertades fundamentales, entre ellos el derecho a la huelga que, como es notorio, goza de la máxima protección jurídica a través de los tribunales ordinarios y del recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional.

Ya lo sostuve anteriormente: el Gobierno actuó con teatralidad los días 3 y 4 de diciembre en un conflicto que tenía ganado de antemano y en el que contaba con el viento favorable de la opinión pública. Semana y media después, superado el plante de los controladores y restablecida la normalidad, no resulta conveniente para la democracia prorrogar una excepcionalidad sobre la base de un futurible que nadie puede demostrar que vaya a ocurrir.

Los estados de alarma, excepción y sitio pueden ser entendidos de manera doble: como mecanismos de defensa del Estado bajo situaciones de excepcionalidad y como instrumentos que, mal utilizados, pueden pervertir el orden constitucional y destruir el Estado de derecho.

La declaración de cualquiera de estos estados, que son por definición excepcionales, supone inmediatamente la limitación de derechos y de libertades constitucionales, y en supuestos de especial gravedad la suspensión casi completa del ordenamiento constitucional. Son instrumentos, por tanto, que hay que utilizar con la mayor prudencia. Su abuso supone el desmantelamiento de las garantías constitucionales y de los derechos y libertades de las personas, que es como decir de la democracia.

La Constitución no se explaya demasiado acerca de los tres supuestos de excepcionalidad (artículo116) y de sus concomitancias (artículos 55, 117.5 y 169) por lo que remite a una ley orgánica, la 4/1981, de 1 de junio, encargada de regularlos. Corresponde en consecuencia acudir a la ley para juzgar la pertinencia de su declaración y prórroga. En lo relativo al estado de alarma (el menos grave de los tres) la LO determina lo siguiente:

1. Según el artículo 1.2 de la LO, las medidas a adoptar bajo su declaración así como su duración “serán en cualquier caso las estrictamente indispensables para asegurar el restablecimiento de la normalidad” Esto quiere decir que una vez restaurada no cabe prorrogarlo artificialmente. La aplicación de este principio de proporcionalidad pretende impedir arbitrariedades de consecuencias desgraciadas. La alteración de la normalidad se entiende que debe ser grave y existir, como condición inexcusable, en el momento de su aplicación. Consiguientemente, no cabe invocar para su declaración una alteración leve, hipotética o futurible de una normalidad ya existente o restaurada. La carga de la prueba sobre una normalidad no consumada recae en quien solicita la prórroga y no al revés. En mi opinión, en el caso del control aéreo resulta imposible aportarla puesto que el día 16, y el 15, y el 14, etc., los aviones aterrizaban y despegaban puntuales, los controladores estaban en sus puestos y la normalidad en los aeropuertos era completa. En resumen, de la voluntad del legislador se deduce que la alteración de la normalidad ha de ser profunda, real y verificable, condiciones que no se daban el 16 de diciembre ni en las jornadas anteriores.

2. El artículo 4 de la LO determina que el estado de alarma sólo puede declararse si se da uno de los siguientes cuatro supuestos: a) “catástrofes, calamidades o desgracias públicas, tales como terremotos, inundaciones, incendios urbanos y forestales o accidentes de gran magnitud”; b) “crisis sanitarias, tales como epidemias y situaciones de contaminación graves”; c) “paralización de servicios públicos esenciales para la comunidad, cuando no se garantice lo dispuesto en los artículos 28.2 y 37.2 de la Constitución, y concurra alguna de las demás circunstancias o situaciones contenidas en este artículo”; y d) “situaciones de desabastecimiento de productos de primera necesidad.” De nuevo, la literalidad de la ley no induce a dudas: las catástrofes, las calamidades, las desgracias públicas, las crisis, los desabastecimientos y las paralizaciones de servicios públicos esenciales han de darse, ser reales, verificables y concretas. No caben presunciones inciertas, cálculos o hipótesis no verificables sobre estas cuestiones tan delicadas para aprobar o prorrogar el estado de alarma. No se puede sostener la prórroga de un estado de alarma sobre la base de que “una simple incertidumbre” es argumento bastante, como sostenía erradamente en el Congreso el diputado del grupo socialista José Ramón Jáuregui. O se dan las circunstancias o no; o existen motivos o no. En consecuencia, y esto es de la máxima importancia, el estado de alarma preventivo o el estado de alarma "por si acaso" es contrario a la ley y a la Constitución.

3. De acuerdo a lo dispuesto en el artículo 117.5 de la Constitución, la jurisdicción militar sólo podrá ejercerse en el ámbito castrense y en los supuestos de estado de sitio. Por eso, en consonancia con lo anterior, la LO 4/1981, de 1 de junio, menciona a la autoridad militar única y exclusivamente en su capítulo IV dedicado al estado de sitio. En los capítulos II (estado de alarma) y III (estado de excepción) se menciona en cambio de manera expresa a las autoridades competentes y nunca a las autoridades militares. Dicho en otros términos, en el estado de alarma la jurisdicción ha de ser siempre civil. Este principio plantea serias dudas sobre la constitucionalidad del decreto del gobierno que pueden tener repercusiones muy graves y explicaría que se hubiera recurrido a una ley preconstitucional, la de navegación aérea, de 1960, para imponer la jurisdicción de los tribunales militares sobre el control aéreo civil.

El Gobierno debería andar con pies de plomo sobre todas y cada una de sus decisiones, ya que en ninguno de los supuestos de excepcionalidad declina el funcionamiento de los poderes públicos constitucionales y, sobre todo, el principio de responsabilidad del Gobierno.

Me permito un último comentario. Hay que tomarse en serio el servicio de control aéreo ya que es esencial para la comunidad. Como la seguridad del tráfico aéreo es innegociable no se puede dejar en manos privadas. Entonces: ¿por qué no se crea una Escuela Pública de Formación de Controladores Aéreos en la que se forme con todas las garantías de libre acceso y calidad al número de controladores aéreos que necesitamos?; ¿por qué no se regulan salarios adecuados y se rompe el monopolio del gremio de los controladores sobre esta y otras cuestiones?; ¿por qué no se aprovecha esta situación de abandono y de abuso histórico para crear un control aéreo de carácter público y al servicio del interés general?

Más le valdría al Gobierno dejarse de alarmas y ponerse a trabajar para crear un control aéreo moderno y público.

Emilio Alvarado Pérez, Primer Teniente de Alcalde, Concejal de Cultura y otros Servicios y candidato a la Alcaldía por IU

martes, 14 de diciembre de 2010

La patronal manda, el Gobierno obedece

Los 37 asaltando educadamente el poder
El pasado 27 de noviembre, representantes de las 37 empresas españolas con mayor nivel de facturación (no perdamos de vista este dato) se reunieron durante más de cuatro horas en el Palacio de la Moncloa con el Presidente del Gobierno, el Vicepresidente Primero y la Vicepresidenta Segunda y Ministra de Economía.

En esa reunión de postín estuvieron representados los gigantes de los sectores de la banca, la construcción, la energía, la distribución, el turismo, los seguros, etc. Las empresas convocadas, muchas de ellas multinacionales, facturan el 40% del PIB nacional y obtienen unos beneficios colosales, muchos de ellos fuera de nuestras fronteras. Valgan como muestra de lo afirmado dos datos extraídos de sus balances en plena crisis económica: en el año 2009 obtuvieron 40.000 millones de euros de beneficios netos y en los primeros seis meses del 2010 ganaron un 8% más que en el mismo período del año anterior, 25.000 millones de euros. Puro músculo, puro poder, pero del verdadero.

Los medios de comunicación que abordaron este encuentro no le concedieron la importancia debida, y lo envolvieron en una atmósfera de cita ilusionante y encomiable convocada para calmar a los mercados y salir de la crisis. Pero, desgraciadamente, lo acordado en la reunión fue bien distinto y muy desalentador para los trabajadores. Los directivos de esas 37 empresas leyeron la cartilla al señor Zapatero y a sus dos Vicepresidentes. Esa mañana de sábado los 37 magnates dictaron al Gobierno órdenes claras para garantizar sus cuantiosos beneficios y para que el peso de la crisis y los sacrificios recaigan únicamente sobre la clase trabajadora. Los empresarios exigieron a Zapatero “que no le tiemble el pulso, que sea firme, rápido y contundente con las reformas.” Nuestro señor Presidente, tan lacayo de los poderosos, tomó buena nota y hablando por boca de ganso sentenció: “vamos a acelerar las reformas al máximo.”

Dicho y hecho. Cuatro días después el Presidente del Gobierno hacía público “el ajuste del ajuste” que le ordenaba la gran patronal: nuevas exenciones fiscales a las empresas, la eliminación de la ayuda de subsistencia de 426 euros a los parados sin ingresos y privatizaciones de aeropuertos y de parte de la Lotería Nacional que trajera Carlos III a nuestro país en 1763. Las grandes empresas le pidieron que guiara con firmeza el ajuste duro y el Presidente mantuvo el pulso para hacerlo, aporreando un poco más a los de siempre. Cuando las reuniones son entre caballeros da gusto: todos cumplen con su palabra y a los demás que les den morcilla.

Sin duda, en las próximas semanas seremos espectadores de nuevas agresiones sociales que nos tiene preparado el ejecutivo como son la ampliación de la edad de jubilación y la “reforma” de la negociación colectiva. Pero que no decaigan los espíritus. Hagamos de la necesidad virtud y veamos qué hubo de positivo en una reunión tan aciaga como la del 27 de noviembre. Gracias a ella hemos aprendido algo muy importante: que la palabra “mercado” no se queda en un simple sustantivo, inocente y abstracto a la vez, sino que tiene rostro (más bien “cara” si me lo permiten), nombres y apellidos, intereses concretos y que podemos señalarlos con el dedo. Ahora sabemos quiénes mandan y quiénes dictan las políticas económicas para nuestro país, y quiénes les respaldan internacionalmente (FMI, etc.) Definitivamente, el Gobierno se ha entregado a los mercados. Así las cosas, ¿dónde está la democracia de la que tanto presumen los señores del Gobierno y de la patronal?

Lo más terrible de todo este asunto es que el Gobierno sabe que una mayor precariedad laboral y los recortes en inversiones, gasto público, salarios y pensiones jamás van a crear empleo ni van a resucitar la economía. Pero al aceptar esta lógica el señor Zapatero quiere dejar claro que no hay alternativa al poder establecido y a los intereses dominantes. Y todo con un solo propósito: afianzar la manipulación de la realidad social y extender la desesperanza para impedir que los dominados se subleven.

Esta es la forma que tiene nuestro Gobierno de arrodillarse ante el capitalismo. ¡El Gobierno ha muerto, larga vida al Gobierno!

María José Pérez Salazar, afiliada de IU de Azuqueca de Henares

lunes, 13 de diciembre de 2010

El regreso de los Constantinos


Restos de la estatua colosal de Constantino I

El desarrollo de la historia no es lineal, como sugiere engañosamente una cronología que se despliega en el papel.

En la historia identificamos épocas de estabilidad que abarcan de decenios a siglos completos, en las que parece que no ocurre nada de particular. En ellas, los nietos viven en un mundo muy parecido al de sus abuelos, y así una generación tras otra. El tiempo físico pasa y el histórico se estanca. Todo se mantiene: mismo horizonte vital, mismas costumbres, idénticas instituciones, igual mentalidad, ínfimas novedades tecnológicas. La Alta Edad Media es un tópico de lo dicho, al igual que el Egipto de los faraones. Épocas de calma chicha. Anticiclones históricos en los que el cielo permanece invariable.

Imaginemos una máquina del tiempo. Un campesino occitano se sube a ella en el año 540 y se traslada al año 940. ¿Qué novedades contemplará tras viajar cuatro siglos? Ninguna de relevancia. Comprobará que cuatrocientos años después el mundo le sigue resultando muy familiar, comprensible. Su obediencia personal a la autoridad sigue atada a relaciones feudo-vasalláticas. La vida religiosa es la misma a excepción del desarrollo excepcional del monacato. La economía continúa anclada en una agricultura muy precaria, de subsistencia. Las estaciones del año y las calamidades naturales siguen determinando la vida campesina. La comprensión de la muerte y del más allá se mantiene. Las ciudades siguen en la postración. Las comunidades viven en régimen de autarquía, como antaño, sin moneda circulante. Con poco esfuerzo nuestro campesino podría vivir en un mundo que, a pesar del tiempo transcurrido, apenas ha cambiado.

Visto retrospectivamente, resulta asombroso. En ocasiones, el reloj del tiempo histórico se para sin que parezca importar que el reloj del tiempo físico marque inexorable el paso de los años. El futuro se estanca en un horizonte que no se mueve. Nada caduca. Morosidad del tiempo.

Al igual que existen épocas de continuidad, hay otras en las que se agolpan los acontecimientos y que abren las puertas a grandes cambios. En ellas el movimiento lo invade todo. Una sola generación puede asistir al derrumbe de un orden caduco y al nacimiento de otro. La energía histórica, dispersa, se concentra. El cielo de los acontecimientos se carga de electricidad presagiando el cambio y la atmósfera se vuelve densa, pesada, capaz de inflamarse ante el menor chispazo. En el curso de pocas generaciones o, incluso, en el de una vida, acontece lo que no ocurrió durante siglos. El tiempo histórico se acelera. Ahora es el reloj del tiempo físico el que, con su parsimonia, no hace justicia al movimiento de la historia. Los abuelos ya no entienden el mundo de los nietos y los nietos se pierden en el torbellino de la vida. Resulta muy difícil fijar la atención sobre algo y cuando se cree que se ha atrapado un acontecimiento, éste forma parte del pasado. El futuro atropella al presente, convirtiéndose en historia, sin que medie tiempo para la asimilación. En momentos así no hace falta que nadie se suba a una máquina del tiempo para vislumbrar el futuro, porque el futuro es el ayer. Todo nace caducado.

La época que nos toca vivir es de aceleración del tiempo histórico. En muy pocos años han ocurrido hechos de una magnitud universal: el bloque soviético se hundió, el capitalismo atraviesa una crisis general, superamos peligrosamente los límites físicos de resistencia del planeta, agotamos las fuentes de energía, contaminamos el agua, las nuevas tecnologías convierten en obsoletas las opciones comunicativas tradicionales, el mundo del trabajo se va a pique, la ingeniería genética revoluciona la definición de la vida,  la nueva Roma se traslada de Nueva York-Los Ángeles a Pekín-Shanghai-Seúl.

Allá donde miremos el futuro nos arrastra. La velocidad del cambio es tan vertiginosa que no la percibimos, como cuando salimos de casa y no nos despeinamos a pesar de viajar sobre un planeta que se mueve a casi 30 kilómetros por segundo. Ilusión de la mente para no perder la cabeza. 

Resulta penoso escuchar a los políticos apegados a un orden que se desmorona anunciarnos un futuro pretérito. Sus voces parecen salidas de un gramófono. A esos políticos los llamo los Constantinos que, del mismo modo que el emperador romano, intentan parar el reloj de la historia. Cuanto más se empeñen en amarrar la cuerda del tiempo histórico más brutal será un cambio que, por lo demás, es irreversible.

No sé si el mundo que se nos viene encima será mejor que el actual. Dependerá de lo que los ciudadanos quieran y puedan hacer. Lo que sí sé es que en momentos como el presente, de mudanza completa, los inmovilistas pueden causar un enorme daño.

Emilio Alvarado Pérez, Primer Teniente de Alcalde, Concejal de Cultura y otros Servicios, y candidato a la Alcaldía por IU

domingo, 5 de diciembre de 2010

Lo que pone al descubierto el chantaje de los controladores aéreos

T4 de Barajas
Expongo aquí algunos equívocos que pueden darse como consecuencia del chantaje de los controladores aéreos y que conviene aclarar cuanto antes.

1. Los señores controladores no son trabajadores: son oficiales o maestros de un gremio. Son señoritos asalariados, gente consentida acostumbrada a cobrar una fortuna por desempeñar una profesión en la que “controlan” a su antojo la carrera profesional y el acceso de los aspirantes. Ellos deciden quién puede acceder al oficio, cuándo y cómo, como si viviéramos en la Edad Media. Y si alguien osa poner coto a sus abusos no dudan en chantajear a todo un país y a los trabajadores de verdad que necesitan tomar un avión para disfrutar de unas merecidas vacaciones, visitar a sus familiares y amigos o, simplemente, continuar trabajando. Reivindican lo contrario que cualquier trabajador consciente: prefieren un sueldo base muy bajo, abultados complementos e inflarse a hacer horas extraordinarias en vez de crear puestos de trabajo. Son asalariados de lujo a los que les importan un pimiento los trabajadores y el país en general. En consecuencia, que nadie intente confundir su condición con la de los trabajadores para justificar, llegado el caso, propuestas inadmisibles como privatizar sin tasa los servicios públicos o limitar el derecho de huelga.

2. Los señores controladores, que son una casta, no están organizados sindicalmente. Como es bien sabido, los gremios se organizan gremialmente, es decir, corporativamente. Además, un sindicato o es de clase o es otra cosa. La estructura de la organización de los controladores se asemeja a la de cualquier grupo de presión que ocupa un lugar de dominio en una actividad estratégica, con la única diferencia de que esa estructura es, en su caso, pública. Debido a que son un grupo de presión, su estructura corporativa incluye a casi el 100% del personal. Por tanto, que nadie arremeta contra los sindicatos utilizando como coartada el ejemplo de la Unión Sindical (sic) de Controladores Aéreos.

3. Los señores controladores tampoco han hecho huelga porque les falta dignidad para utilizar esa palabra. Para hacer una huelga hay que tener la gallardía de decírselo a la cara a quien haga falta. Como son cobardes han acordado ponerse enfermos cuando comenzaba el puente más largo del año. Otra prueba de su cobardía nos la han proporcionado sus portavoces que, a la vista del cisco organizado y sabiendo que se echaban encima a la opinión pública y, sobre todo, al Gobierno, pidieron de una manera completamente cínica a sus representados que volvieran al trabajo, cuando esos mismos representantes eran los cerebros de tan miserable contubernio. Los controladores, simple y llanamente, se largaron del trabajo con premeditación y alevosía, perjudicando gravemente a cientos de miles de ciudadanos. Así las cosas, estemos en guardia por si a alguien se le ocurre criticar huelgas futuras utilizando interesadamente como ejemplo el del chantaje del gremio de los controladores.

4. Un conocido humorista que presume de "progre", Buenafuente, quedó atrapado en su hotel debido a la  coacción gremial de los controladores. Se le preguntó su opinión al respecto y se mostró reacio a manifestarla. Es sorprendente que una persona como él, de lengua tan afilada, no tuviera nada que decir al respecto. Quizás su mudez se debió a que hace unos meses tuvo como invitado en su programa al portavoz de los controladores y que juntos, en amor y compañía, estuvieron haciendo gracietas y chistecillos sobre la sufrida profesión de controlador. Los señores comunicadores se ponen estupendos cuando juzgan a los políticos, pero se escabullen por la puerta falsa cuando son ellos los culpables de los errores que critican en otros. Deberíamos exigirles, al menos, que se condujeran siempre con el mismo desempacho. ¿Y qué decir del comportamiento de los medios de la derecha, que son legión, durante las primeras horas del conflicto? Los mismos que el 29 de septiembre acusaron a los sindicatos de ser organizaciones formadas por delincuentes y por terroristas, los días 4 y 5 de diciembre eran comprensivos con los controladores. Con su proceder pusieron de manifiesto, una vez más, que hace mucho que abdicaron de su misión de informar. Se dedicaron, muy al contrario de lo que dictan las normas periodísticas, a amplificar un conflicto con el fin de desgastar al actual Gobierno. Los comentarios de sus opinantes a sueldo destilaban una contenida satisfacción por el desorden organizado, en la secreta confianza de que bullangas como esta allanarán el camino del PP al gobierno.

5. El convenio por el que se rigen los controladores lo negoció y firmó hace once años el señor Arias-Salgado, Ministro de Fomento de un gobierno del PP del que también formaba parte el Sr. Rajoy. Por eso resultaron patéticas las respuestas del portavoz del PP cuando se le preguntó su opinión sobre este asunto y dijo no saber nada. Tengo la impresión de que al PP no le importa firmar convenios disparatados en el ámbito de lo público porque persigue secretamente que el convenio haga inviable el servicio y sea el pretexto de futuras privatizaciones. Dicho de otro modo, el PP siembra la semilla de la discordia, en ese momento queda bien con todos y luego, cuando el servicio es insostenible, recoge el fruto sazonado y maduro de la privatización. Sé de algunos casos llamativos que, en ausencia de una explicación mejor, no acierto a entender de otro modo. Sospechas personales al margen, lo cierto es que hasta ahora ningún gobierno de la democracia había plantado cara a los controladores, excepto el actual aunque, todo hay que decirlo, con mucho retraso y teatralidad. A cada uno lo suyo.

6. Dice el Sr. Rubalcaba a propósito del chantaje del gremio de los controladores que “quien le echa un pulso al Estado, pierde.” Pues sepa el Sr. Rubalcaba que unos especuladores con nombres y apellidos le llevan echando un pulso a nuestro Estado y a nuestra sociedad desde el año 2007, y que por lo visto quien está perdiendo en ese pulso es nuestro país y nuestra sociedad. Eso sí, con el beneplácito del gobierno en el que el Sr. Rubalcaba es Vicepresidente Primero. ¿Por qué el Gobierno no muestra idéntica determinación cuando  hay que poner en su lugar a unos individuos mil veces más dañinos que los controladores? ¿O acaso debemos deducir de los hechos que el Gobierno actual está contra el Estado y que por esa razón perdemos este pulso que es el más importante de todos? Una vez más, a cada cual lo suyo.

Emilio Alvarado Pérez, Primer Teniente de Alcalde, Concejal de Cultura y otros Servicios y candidato a la Alcaldía por IU

sábado, 4 de diciembre de 2010

La supresión de los 426 euros

Un buen lema para los trabajadores
En el verano de 2009 el Gobierno aprobó la ayuda de 420 euros (426 euros actualmente) para todas aquellas personas en paro que hubieran agotado el subsidio de desempleo o cualquier otra prestación económica. El objetivo de tal ayuda era aliviar la situación de emergencia social que sufrían cientos de miles de parados que comenzaban a agotar sus prestaciones, y que no tenían expectativas racionales de colocación en un mercado de trabajo que destruía empleo a un ritmo desconocido.

Por cierto, tras la aprobación de la reforma laboral no ha cesado la sangría del desempleo, por lo que queda demostrado que esta medida intolerable, muy al contrario de lo que vaticinaban sus promotores, sólo ha servido para empeorar la situación de los asalariados. Pero este es otro tema.

Hasta el mes de octubre cientos de miles de personas se beneficiaban de esta ayuda de emergencia. Ante la avalancha de parados de larga duración que se quedaban sin ingresos este subsidio ha ido prorrogándose de seis en seis meses. Pero el Sr. Zapatero ha decidido que estos cientos de miles de parados sin ingresos ya no merecen una asignación de subsistencia. Por tanto, el Gobierno abandona a su suerte a más de medio millón de ciudadanos y a sus familias dejándolas al borde del abismo.

Desde luego que la ayuda de los 426 euros no es la solución para salir de la crisis pero sí es un alivio básico para muchísimas familias en España que no encuentran empleo, que han agotado todas las prestaciones a las que tenían derecho, que tienen cargas familiares y que se encuentran desesperadas.

Conviene saber que Izquierda Unida no se conformó con apoyar una prórroga que al final se malogró por decisión del Gobierno sino que, concretamente el 10 de octubre, propuso que la ayuda fuese indefinida. Además, planteó enmiendas para que se incluyeran en ella también a los agricultores y a otros grupos sociolaborales desprotegidos. Las propuestas de IU, desgraciadamente, no fueron difundidas por los medios de comunicación.

Las dudas sobre el mantenimiento del llamado Programa Temporal de Protección por Desempleo e Inserción (PRODI) han sido una constante. En las últimas semanas, al poco tiempo de ser nombrado Ministro de Trabajo, Valeriano Gómez anunció su intención de prorrogarlo. Pero poco después dejó entrever que esta decisión podía cambiar. Y así ocurrió, puesto que el Gobierno ha decidido unilateralmente, sin contar con el resto de las fuerzas políticas, suprimir la ayuda. No obstante, el Ministro de Trabajo se apresuró a asegurar que antes de que acabe la vigencia del programa de los 426 euros se habrá diseñado otro que lo sustituya. Veremos en qué consiste el nuevo diseño de un Sr. Ministro al que ya nadie entiende. Recordemos que se manifestó contra la reforma laboral y ahora tiene que aplicarla, y que defendió un subsidio que se dispone a eliminar. 

La supresión de esta ayuda que iba dirigida a un colectivo social vulnerable como es el de los parados de larga duración es una demostración más de las políticas antisociales que viene aplicando el gobierno socialista, al que ya no le importa perjudicar a cientos de miles de personas que están en una situación desesperada.

Estamos frente a una prueba más de que llegó el momento del cambio. Pero este cambio no puede ser ciego. Que nadie se engañe. Los que crean que el PP puede conducir el cambio se equivocan. Las políticas neoliberales practicadas por un PSOE que se arrodilló ante el gran capital se verán reforzadas por el PP o, lo que es lo mismo, una política de derechas será sustituida por otra más de derechas.

Los populares no dudarán ni un instante en arremeter vilmente contra los más desfavorecidos. Endurecerán las reformas sociales y laborales ya en marcha, acelerarán la privatización del sector público y terminarán, si es que el PSOE no lo hace antes, lo que reste del desmantelamiento ya comenzado. Abandonemos por tanto con la mayor urgencia la ilusión de pensar que el PP es la alternativa a la crisis. Rechacemos la idea difundida por casi todos los medios de comunicación de que la derecha es la alternativa a una crisis que, no lo olvidemos, fue provocada por políticas de derechas.

La solución consiste en cambiar el sistema. Y eso se producirá únicamente cuando la gente decida que quien tiene que gobernar es la izquierda, la de verdad, la que denuncia que el actual sistema económico es inmoral e inviable.

Digámoslo una vez más: no hay salida a la crisis por la derecha. 

Mª José Pérez Salazar, afiliada de IU de Azuqueca de Henares

martes, 30 de noviembre de 2010

Patriotismo de verdad

Nos han declarado la guerra y no nos damos por aludidos. Un atajo de especuladores está poniendo en peligro la estabilidad social de nuestro país. Son los mismos que nos llaman cerdos (PIGS o PIIGS) al referirse a nosotros con un acrónimo despectivo acuñado en los círculos financieros anglosajones que provocaron la crisis, y al que las páginas del Financial Times concede cobijo con su peculiar gracejo. En pocas palabras, los mismos que nos saquean nos insultan y, encima, se fuman un puro.

A la alarma producida por un acontecimiento tan grave como la crisis se une un hecho totalmente lamentable: en vez de estar unidos y defender el futuro y el honor de nuestro país, los dos grandes partidos de ámbito nacional se dedican a tirarse los trastos a la cabeza y a competir en una carrera sin fin en la que ganará engañosamente aquel que sea capaz de bajarle más los pantalones a los ciudadanos. Y todo para colmar la avaricia ilimitida de unos especuladores sin entrañas ni corazón que no son más que unos sinvergüenzas y unos indeseables. Lo repito por si no quedase claro: unos sinvergüenzas y unos indeseables que deberían estar en la cárcel.

Somos rehenes de unos yonquis del dinero que nunca recibirán de nosotros la dosis suficiente porque sus ansias son ilimitadas.

Ante sus amenazas y bravuconerías primero les entregamos una parte de la inversión pública, otra de las pensiones y los sueldos de los trabajadores públicos.

Como era de esperar, tal entrega no fue suficiente.

Luego les ofrecimos a los trabajadores privados, con sus derechos y salarios.

Tampoco bastó.

Ahora se plantea ofrendarles todo el sistema público de pensiones y una parte de la propiedad pública. Ya anuncio que esta nueva oblación no les colmará.

Mañana nos exigirán que les entreguemos la educación y la sanidad públicas. Y así hasta que no tengamos nada que ofrecerles porque estemos en cueros vivos y arruinados.

Entonces, se irán a otro lugar a esquilmar, dejando a su paso un país arrasado y una sociedad descompuesta.

Esta situación ominosa tiene que acabar. Es ya una cuestión de dignidad y, si me lo permiten, de patriotismo.

Patriota es quien defiende a su país y a sus ciudadanos, el que se compromete por su mejora y por su independencia, el que no consiente que se juegue con el futuro de sus hijos y con el de los hijos de los demás, el que defiende el interés general por encima de avaricias y miserias particulares, el que lucha por los derechos, singularmente de los más débiles.

Hoy el patriotismo consiste en denunciar la acción de toda esta pandilla de especuladores, del sistema que los ampara y de sus corifeos a sueldo, en resistir frente al empuje de una tiranía cobarde y anónima que quiere acabar con nuestros derechos y con nuestra democracia. El patriotismo es esto y no otra cosa. Por eso me parece grotesco que presuman de patriotismo los que van dando voces envueltos en la bandera, mientras que con la enseña se tapan la entrepierna para que no veamos sus pantalones bajados y sus calcetines caídos.

Por el momento, sólo los que no están comprometidos con este orden de cosas pueden mover a la ciudadanía a una rebelión pacífica contra tanta injusticia. En la actualidad esa condición únicamente la cumple la izquierda que no se avergüenza de serlo y de ejercer como tal. Ojalá que seamos capaces de sumar más voluntades al esfuerzo, pero se me antoja que nos va a tocar hacer una buena parte de este viaje en solitario.

Emilio Alvarado Pérez, Primer Teniente de Alcalde, Concejal de Cultura y otros Servicios y candidato a la alcaldía de Azuqueca de Henares por IU

viernes, 26 de noviembre de 2010

Reflexiones sobre la crisis

Cinco de los mayores especuladores mundiales declaran ante el Congreso de los EEUU. De izquierda a derecha, George Soros, James Simons, John Paulson, Philip Falcone y Kenneth Griffin
El capitalismo se enfrenta a una crisis sin precedentes. Su estructura se tambalea y su caída está cada vez más próxima. El mundo entero comprueba cómo la crisis financiera se ceba con los más desfavorecidos. En Europa se constata que la crisis es más aguda en sus Estados periféricos, aunque los más poderosos tampoco están a salvo de sufrir sus consecuencias.

Si los dirigentes políticos se empeñan en seguir poniendo “parches” a un sistema ya roto, sus Estados acabarán siendo intervenidos y serán culpables de una guerra social de alcance inimaginable. Y todo por aplicar unas medidas dictadas por unos especuladores sin entrañas que comprometen gravemente el porvenir de la gente honrada y trabajadora. Este el triste destino que nos espera si no ponemos remedio a tanto desmán.

En el caso concreto de España, la tarea de remediar este grave caos económico no se puede demorar más. Desde la pasada huelga general del 29 de Septiembre, el panorama no ha variado por lo que es inadmisible retomar el “diálogo social” del que se nos habla todos los días cuando es evidente que lo que provocó la huelga, la reforma laboral, no se va a retirar a estas alturas. La reforma laboral ya se está aplicando y, lo que es aún peor, va a ser acompañada de recortes en las pensiones, copago sanitario, destrucción de la negociación colectiva y otras medidas que ponen muy en entredicho la actitud de un gobierno que se proclama de izquierdas.

Es el momento de que los ciudadanos digan ¡BASTA! La gente común debe recuperar su conciencia de clase, demostrar que el movimiento obrero está más vivo que nunca y que su fortaleza es la única garantía para que sus derechos no sean arrebatados por unos gobiernos neoliberales que se doblegan ante las exigencias de los mercados.

El alto índice de desempleo, la corrupción extendida a ciertos sectores de la política, la xenofobia engendrada por políticos de derechas que usan para ello la mentira de que los inmigrantes nos arrebatan el trabajo, los recortes sociales, el descrédito de un gobierno que se arrodilla servilmente ante la burguesía y el maldito bipartidismo con el que nos bombardean los medios de comunicación con el único objetivo de ocultarnos las verdaderas alternativas políticas, son motivos suficientes para que el pueblo luche por reconquistar una hegemonía que nunca debió dejarse arrebatar.

María José Pérez Salazar, afiliada de Izquierda Unida de Azuqueca de Henares

jueves, 25 de noviembre de 2010

Un cuento

Reagan y Hayek estrechándose la mano. Aquí comenzó el disparate
En aquella ciudad el tráfico era un auténtico problema. Ruidos, atascos, contaminación, algún que otro accidente y retrasos continuos. Lo normal allí donde el vehículo privado se adueña del espacio público.

Los gobernantes no eran capaces de mejorar la situación y el descontento de los ciudadanos crecía sin parar. Poco antes de las elecciones apareció un misterioso partido que prometía resolver los problemas del tráfico de una manera sencilla y definitiva. Por eso, en la campaña electoral, ese partido pidió el voto, pero guardándose de explicar en qué consistía su programa. Lo único que afirmaba es que, de gobernar, el tráfico dejaría de ser una preocupación. Como prueba de su promesa mostraba un bonito vídeo en el que aparecía una ciudad idílica habitada por paseantes sonrientes y por conductores felices. Pero de explicar su receta milagrosa, nada de nada.

Por aquel entonces algunos ciudadanos sospecharon que las intenciones de ese partido no eran del todo claras, advirtiendo que quien no explica lo que piensa es poco de fiar. Además, en esas mismas fechas se descubrió que el partido que prometía el remedio definitivo contra la congestión del tráfico recibía donaciones muy generosas de una fábrica que producía unos camiones enormes.

Parecía que con tales antecedentes la sospecha estaba racionalmente fundada. Pero no bastaron. Si las sociedades fuesen siempre prudentes y guardaran una atención mínima a los problemas colectivos ese partido nunca habría conseguido los votos suficientes para gobernar. Pero en esa ciudad ocurrió lo inevitable. No sabemos si por cansancio o por credulidad de los votantes, ese partido ganó las elecciones. La mayoría de los ciudadanos le concedió su voto y los pocos que advirtieron del peligro fueron acusados de cenizos y de aguafiestas.

La primera medida que tomó el nuevo gobierno fue retirar los semáforos de las calles. Sostenía que sin semáforos el tráfico sería más rápido y fluido, y que la pericia natural de los conductores resolvería los riesgos que se produjeran. Además, remachaba su postura afirmando que mantener una flota de semáforos era algo caro y superfluo que la ciudad no podía permitirse, y que los semáforos no servían más que para proteger a los conductores torpes e indolentes.

Como la situación del tráfico empeoró, el nuevo gobierno decidió quitar todas las señales verticales que lo regulaban. Según su doctrina, la causa del problema eran los impedimentos y las regulaciones accesorias, que entorpecían el desarrollo armónico de la circulación. Por otra parte, todas esas señales eran una carga onerosa. Era mejor que el dinero de los ciudadanos no se malgastase de ese modo.

Al desaparecer los semáforos y las señales verticales los accidentes se multiplicaron y los atascos se convirtieron en la norma. La ciudad estaba congestionada y resultaba peligroso y difícil desplazarse de un lugar a otro. En la ciudad se respiraba un mal humor difuso que bien canalizado podía ser preocupante. Pero el nuevo gobierno había llegado para quedarse. Tenía preparada una campaña publicitaria que constaba de dos lemas: Los conductores torpes son el problema y Cómprese un camión con buenos parachoques para viajar seguro. A la vista de los resultados, la campaña fue un éxito. Acalló buena parte del descontento y elevó las ventas de la misteriosa compañía de camiones que estaba detrás del gobierno. En poco tiempo, por la ciudad comenzaron a circular grandes camiones que impusieron la ley del más fuerte.

Pero para el nuevo gobierno tal situación no era suficiente. Había que ir más lejos. Y para ello ordenó borrar las líneas de la calzada y eliminar el alumbrado público. Decía que la señalización vertical era el último vestigio de una regulación absurda. En cuanto al alumbrado, no había necesidad de farolas puesto que los camiones tenían unas luces potentísimas capaces de iluminarlo todo. Además, con la medida se podría ahorrar dinero. La factura de la luz era tan abultada como innecesaria.

Con las nuevas reglas ya sólo circulaban camiones, y aún éstos comenzaron a sufrir percances entre sí que se agravaban a diario. La fábrica de camiones no daba abasto y sus directivos y accionistas ganaban dinero a espuertas. Pero llegó un momento en el que ni siquiera era seguro circular con el mayor camión armado con el más grueso parachoques. Los accidentes eran inevitables y el tráfico colapsó.

La fábrica de camiones entró en pérdidas y el gobierno de la ciudad reclamó a los vecinos que aportaran una parte de su dinero para superar una situación, la de la fábrica, que según su presidente era injusta e inmerecida. Y todo por culpa de un atajo de conductores torpes y miedosos que no supieron estar a la altura de lo que exige una ordenación natural del tráfico basada en la espontaneidad.

No se sabe a ciencia cierta lo que hicieron los ciudadanos al oír esta insensatez, la enésima de una larga serie. Algunos cuentan que a la mañana siguiente una multitud enfurecida entró en la sede del gobierno, emplumó a sus dirigentes y eligió otro que restituyó la regulación sobre el tráfico, construyó una red de transporte público que llegó a todos los barrios y transformó la fábrica de camiones en una de tranvías y de autobuses eléctricos. Otros refieren, en cambio, que los ciudadanos no alzaron su voz y que, al final, por las calles de la ciudad, en la que hoy no vive casi nadie, ya no circulan camiones sino unas pocas tanquetas que disparan contra todo lo que se mueve.

Les propongo un juego: sustituyan tráfico de vehículos por movimiento de capitales; fábrica de camiones por bancos e intermediarios financieros especulativos; y semáforos, señales de tráfico y farolas por regulaciones financieras.

Después, elijan el final que más les guste o que crean más probable.

Pues algo así es lo que está pasando hoy con la economía capitalista. Asombra que aún permanezcamos impasibles ante tamaño atropello.

Emilio Alvarado Pérez, Primer Teniente de Alcalde, Concejal de Cultura y otros Servicios y candidato a la Alcaldía por IU

lunes, 22 de noviembre de 2010

¡Por favor, que se acabe cuanto antes la campaña electoral en Cataluña!

Joan Herrera en pleno mitin
La campaña electoral de la elecciones catalanas es estomagante. Todos los partidos políticos, excepto Iniciativa,  se han lanzado sin pudor a la conquista de los titulares en los medios. Ya se conoce lo que hay que hacer para conseguirlo: escandalizar, provocar, ofender, alborotar, irritar, molestar. En pocas palabras, excitar vilmente los humores ajenos o, simplemente, hacer el canelo. El asunto consiste en llamar la atención de una ciudadanía harta que, además, digiere mal la reflexión política. Para hacerse un hueco a diario en las noticias la mayoría de los partidos catalanes acuden a imágenes, estereotipos,  codazos, jueguecillos malintencionados y demás torpezas. Todo vale con tal de arañar un par de votos porque el fin justifica los medios. En una palabra, política chocarrera. 

El PP embiste con un videojuego racista de factura pobretona en el que su candidata, a lomos de una gaviota, lanza "bombillas" a unos inmigrantes que, a su contacto, desaparecen evaporados como si les hubiera caído encima el fuego del infierno. ¡Muy educativo y cristiano! 

CiU, por su parte, exhorta a los catalanes de pura cepa a que se pongan a procrear porque los que vienen de fuera paren como conejos, se zampan el presupuesto y cambian el paisaje. ¡Edificante! 

Las Juventudes de CiU, con más hormonas en la sangre que sus mayores, hacen público un vídeo en el que un carterista de antifaz, tipo caco Bonifacio, ataviado con la bandera de España, roba la cartera a un honrado ciudadano catalán, aunque el delito se malogra porque el ladronzuelo es placado en medio de la calle por otro catalán de pura casta. ¡Qué alevines más simpáticos!

ERC no se queda corta, faltaría más, y asegura que los andaluces y los madrileños son una especie de sanguijuelas que viven a costa de los catalanes, pueblo diligente y hacendoso. ¡Muy equilibrado! 

Las Juventudes del PSC cuelgan un vídeo en el que una señorita tiene un orgasmo cuando introduce su voto en la urna. Luego bramarán cuando otros utilicen la imagen de una mujer de manera sexista. ¡Qué gran nivel y qué coherencia!

Y Alternativa de Gobierno presenta un vídeo que coquetea con la pornografía y en el que  su candidata, la señora Nebrera, sale envuelta en una toalla de baño no sabemos si amenazándonos con quitársela. ¡Qué espectáculo!

Mientras tanto, Joan Herrera, de Iniciativa, en vez de salir en un vídeo frescachón se pasa la campaña hablando de cómo mejorar los transportes, el empleo, la educación, la sanidad y otros servicios públicos o de cómo salir de la crisis. Parece que aún no se ha dado cuenta de que para existir en el universo de la política catalana hay que pulsar otros asuntos más prosaicos como el bolsillo, la bragueta o el miedo al prójimo. Luego se quejará de que los medios no le hacen caso.

Lo dicho: que esta campaña acabe cuanto antes.

Emilio Alvarado Pérez, Primer Teniente de Alcalde, Concejal de Cultura y otros Servicios y candidato a la Alcaldía por IU

domingo, 21 de noviembre de 2010

Finaliza la primera etapa para que Azuqueca de Henares tenga un nuevo teatro-auditorio

Casa de la Cultura de Azuqueca de Henares
Nuestra ciudad tiene unos equipamientos culturales bien aprovechados pero insuficientes. La Casa de la Cultura ha superado el cuarto de siglo y sigue siendo el centro de la actividad cultural de Azuqueca de Henares. A pesar de su reciente y necesaria remodelación no puede albergar representaciones artísticas de gran formato debido al diseño y dimensiones de su escenario.

Azuqueca de Henares tiene una población y una trayectoria cultural suficientes para que sus instalaciones culturales se complementen con un gran teatro-auditorio en el que puedan programarse espectáculos culturales de primer orden. Esta es la razón por la que la Concejalía de Cultura, de la que soy responsable, se ha tomado muy en serio este reto en esta legislatura. Ahora que finaliza el año 2010 puedo decir con orgullo que hemos superado la primera etapa para hacer realidad el sueño de todos los azudenses amantes de la cultura: que nuestra ciudad tenga un teatro-auditorio moderno.

A modo de guía, presento aquí los pasos que hay que dar para que Azuqueca de Henares tenga un nuevo teatro-auditorio. Para ello hay que superar tres etapas. 

1. La primera se resolvió el pasado 12 de noviembre, cuando la Junta de Gobierno Local aprobó el expediente para contratar el proyecto del nuevo teatro-auditorio por un importe de 390.000 euros. Previamente a la aprobación del pliego de condiciones, los representantes del gobierno municipal entre los que me encontraba yo como Concejal de Cultura, negociamos con la Junta de Comunidades su aportación a este menester, que quedó fijada en un satisfactorio 81%. Las negociaciones fueron largas pero el resultado final mereció la pena. Una vez publicado el pliego en el Boletín de la Unión Europea (este es el punto en el que nos encontramos ahora), se inicia un plazo de 52 días para que los interesados presenten sus ofertas, de modo tal que en enero de 2011 conoceremos qué estudios de arquitectos muestran su interés por redactar un proyecto tan importante para Azuqueca de Henares. Una vez que el proyecto se adjudique a la oferta más ventajosa comenzará el trabajo de redacción que en pocos meses desembocará en unos planos y en una maqueta.

2. La segunda etapa, que se abre ahora, consiste en negociar con la Junta de Comunidades su aportación a la ejecución de la obra. Sobre este asunto quiero señalar que la construcción del teatro-auditorio rondará los siete millones de euros (la cifra no se conocerá con exactitud hasta que no esté elaborado el proyecto), y que el equipo de gobierno y yo mismo defenderemos ante la Junta que debe mantenerse el porcentaje ya pactado para el proyecto, esto es, un 81% para la Junta y un 19% a cargo del Ayuntamiento de Azuqueca de Henares.

3. Si la negociación llega a buen puerto comenzará la tercera etapa, que consiste en la aprobación de otro expediente para la contratación de las obras que dará lugar a la presentación de ofertas y a la adjudicación a la más ventajosa y completa. Una vez resuelto este asunto comenzarán las obras del nuevo teatro-auditorio de Azuqueca de Henares.

El equipamiento en el que estamos pensando tendrá 650 butacas (más del doble de las que hay instaladas en la Casa de la Cultura) y habrá de superar las exigencias que el teatro demanda en materia de sonoridad, siendo compatible con otros usos tales como la música, la danza y demás artes escénicas. Además, albergará talleres y salas de ensayo que le darán un contenido cultural constante y diario.

La puesta en marcha del nuevo teatro-auditorio liberará espacio en la Casa de la Cultura que podrá aprovecharse, por ejemplo, para abordar la ampliación de la Biblioteca.

Estoy convencido de que el funcionamiento del nuevo teatro-auditorio, además de permitirnos abarcar tareas culturales que ahora nos están vedadas, impondrá una exigencia mayor al Ayuntamiento no sólo en cuestiones de programación sino también en lo relativo a la gestión de la actividad cultural ordinaria.

Emilio Alvarado Pérez, Primer Teniente de Alcalde, Concejal de Cultura y otros Servicios y candidato a la Alcaldía por IU