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Wert se divierte en las sesiones de control del Congreso de los Diputados |
Un día tras otro nos levantamos viendo en los medios de
comunicación noticias sobre los problemas que causa la crisis económica en la
sociedad española. Cada día hay más personas en el paro y más familias sin
ninguna prestación ni recurso. ¿Qué hace el Gobierno para solucionarlo?
Recortar y convocar “gabinetes de crisis”
por la nacionalización de YPF, empresa que de española tiene muy poco. ¿Cuáles
son los últimos recortes? Los sanitarios y educativos.
Me centraré en desmontar las mentiras y falacias vertidas
por el Partido Popular contra la educación y los estudiantes.
En primer lugar, el señor Wert y la señora Cospedal afirman
que los españoles somos muy malos estudiantes universitarios y que costamos al
erario público mucho dinero (3.000 millones de euros anuales), además de
alcanzar una tasa de fracaso universitario del 30%. Es aquí donde comienzan las
mentiras. Cuando el señor Ministro y la Secretaria General del PP afirman que
la tasa de fracaso universitario está en el 30%, incluyen a las personas que
por diferentes causas hemos tenido que cambiar de carrera universitaria. Si
eliminamos ese añadido, la cifra de fracaso baja al 21%. También olvidan
mencionar en sus críticas las cifras que ofrecía la CRUMA (Conferencia
de Rectores de Universidades en Madrid). En ellas, los rectores afirman que el
79% de los estudiantes que comienza sus estudios universitarios los consiguen
terminar y que, además, sobre este particular, estamos mejor que la media
europea.
¿Qué propone el gobierno para
solucionar un problema que no existe?
Aumentar las tasas universitarias de un 15% a un 50%-60%, y reducir el número
de becas y ayudas a los estudiantes. Citando al señor Ministro: “es hora de que las familias paguen los
estudios de sus hijos”. Sin embargo, tanto Wert como Cospedal olvidan
mencionar que al aumento de las tasas por parte del Estado hay que añadir las
posibles subidas de las diferentes universidades. ¿Qué supone la disminución de
las becas y ayudas, junto con la subida de tasas? Que el próximo curso, la
mayoría de los estudiantes pagará una matrícula superior a los 1.500 euros
anuales y que muchos otros se verán obligados a no realizar estudios
universitarios o abandonar los que ya están cursando.
¿Dónde está la trampa? La desveló
el Ministro de Educación afirmando que a los estudiantes se les podrán conceder
préstamos con diferentes entidades bancarias para sufragar sus estudios. ¿Qué
es lo que no dice? Que los estudiantes que soliciten uno de estos préstamos,
por el hecho de estudiar, tendrán que pagar intereses abusivos que les tendrán
endeudados durante muchos años de su vida.
Continuando con más mentiras, la
siguiente nos lleva a la “supuesta” gran cantidad de universidades públicas que
hay en nuestro país. El señor. Wert sostiene que hay que reducir el número de
instalaciones universitarias porque suponen un gasto excesivo. Hablemos de
costes, señor Wert, y comparemos el porcentaje destinado por dos comunidades
autónomas a financiar las universidades públicas y privadas. La primera de esas
comunidades es Asturias. En el Principado, el porcentaje destinado a las
universidades públicas alcanza un 80% del total, mientras que el destinado a las
universidades privadas es de un 20%. Ergo, pese a destinar un 20% del
presupuesto educativo para la enseñanza superior a universidades privadas, que
se financian con el dinero que pagan sus estudiantes, el porcentaje es
adecuado. En el lado opuesto tenemos el ejemplo de la Comunidad de Madrid, en
la que el porcentaje del presupuesto se distribuye en un 50% entre universidad
pública y privada. Un reparto aberrante, ya que estamos financiando
universidades privadas con grandes cantidades de dinero público. ¿Qué no cuenta,
además, doña Esperanza Aguirre sobre esta cuestión? Que esos porcentajes
también son falsos a efectos de liquidez, ya que la partida destinada a las
universidades privadas siempre llega, mientras que con las públicas mantiene
una lista de impagos intolerable. Por lo tanto, la realidad es que en Madrid se está
destinando más dinero de los contribuyentes a promover intereses privados que
públicos.
Además de esto, ¿por qué el señor Wert y los señores del PSOE no hablan de las dificultades financieras que han
tenido que pasar las universidades para poder adaptarse a los "Grados" sin casi
financiación del Estado? No les interesa, es mejor hacerse la foto.
Por último, desmontemos las
mentiras sobre la educación primaria y secundaria. El señor Wert afirma que hay que
aumentar la ratio de alumnos por clase. Esto supondrá el aumento de alumnos por
aula retrocediendo a cifras de otros tiempos. También supondrá una peor calidad
educativa para nuestros jóvenes y el despido de profesores, aumentando más el
paro. ¿Por qué el Estado y las Comunidades Autónomas no se centran en la
educación pública, que es lo suyo, y dejan de promocionar y financiar colegios
privados y concertados con los impuestos de los ciudadanos?
La educación no es un negocio,
de modo que no se le pueden exigir beneficios al instante como si de un banco
se tratara. La educación es una inversión de futuro que está dando sus
resultados, estando España a la cabeza de Europa en jóvenes sobradamente
preparados.
Reconozcan sus errores, señores y señoras del PP y del PSOE. No intenten arruinar estas buenas cifras criminalizando a la educación y a los estudiantes. Inviertan en futuro para que dejemos de ser también un país a la cola del mundo en jóvenes preparados y sin empleo y, ahora, en jóvenes que se ven obligados a marcharse del país. Dejen de fabricar mano de obra barata y sin preparación a la que tratar como borregos que no se atreven a levantar la cabeza. En definitiva, dejen la política de "panem et circenses" (aunque ya ni pan) y ocúpense de mejorar el país y no sus propios egos. Luchemos por una educación digna y de calidad. Como dijo Edmund Burke, uno de los padres del conservadurismo clásico, al que se supone que deberían haber leído: "la educación es la menos cara de las defensas de una nación."
Miguel Óscar Aparicio es militante de IU de Azuqueca de Henares