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Fuente Diario Público, 12 de diciembre de 2010 |
Dediquemos unas palabrillas a un asunto que debería dar mucho más de sí: la relación, más que amigable, entre el crecimiento de la deuda municipal y los gobiernos del PP.
De los veinte ayuntamientos más endeudados de España (a 31 de diciembre de 2009), once son del PP: mayoría absoluta.
La deuda de esos once ayuntamientos supone más del 75% del total de la deuda de los veinte ayuntamientos más endeudados de nuestro país. Esos once ayuntamientos del PP acumulan una deuda de 9.674 millones de euros, mientras que los otros nueve consistorios que no están gobernados por el PP suman una deuda de 3.145 millones de euros. La relación es elocuente: de 3 a 1.
De esos once ayuntamientos muy endeudados y gobernados por el PP, ocho se encuentran en Comunidades Autónomas gobernadas también por el PP, por lo que en su caso no cabe acudir al socorrido victimismo, al que es tan dado el PP, para explicar una situación que, en el caso de Madrid o Valencia, es pura y llanamente de quiebra.
Hay otros datos muy llamativos que conviene recordar. El Ayuntamiento de Madrid, por sí solo, debe casi tanto dinero como el resto de las capitales de provincia de España y acumula casi un cuarto de la deuda municipal de todos los consistorios españoles, que son más de 8.100. El caso de Valencia, el segundo ayuntamiento más endeudado de España, es también escandaloso aunque por otra razón: debe más que Barcelona aunque tiene la mitad de habitantes que Barcelona. Algo peor le ocurre al Ayuntamiento de Málaga, gobernado por el PP, que debe casi tanto como el de Barcelona aunque cuenta con un tercio de su población.
Esto quiere decir que los ayuntamientos del PP gastan más que el resto, gastan mucho peor que el resto y, sobre todo, elevan el gasto a proporciones astronómicas para aplicar después, una vez provocada la bancarrota, recortes brutales y privatizaciones a mansalva.
Es del todo admirable cómo consigue el PP predicar exactamente lo contrario de lo que hace, sin que ello produzca ni indignación ni censura. Son como la Iglesia, que afirma que su reino no es de este mundo pero que, con total desempacho, mete la mano allá donde sea posible el mangoneo aunque resulte muy terrenal.
Las hechos cantan como pajarillos en una mañana de mayo: los señores del PP son unos manirrotos, además de amparadores de redes de corrupción. ¿Cómo se atreven, por tanto, a hablar de moralidad o de buena gestión en el ámbito municipal? Y, sobre todo, ¿cómo hay gente que aún los cree? Quizás es que ya hemos llegado a ese punto de la manipulación en el que la gente cree sólo en aquello que cree saber.
Emilio Alvarado Pérez, Primer Teniente de Alcalde, Concejal de Cultura y Otros Servicios, y candidato a la alcaldía de Azuqeuca de Henares.