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He aquí quienes nos gobiernan de verdad: Draghi y Trichet, los jefes de Zapatero y Rajoy |
El cinco de agosto de 2011, en plena escalada especulativa contra las deudas soberanas de Italia y de España, el entonces Presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, y quien le sucedería en el cargo, Mario Draghi, enviaron una carta confidencial al Primer Ministro de Italia, Silvio Berlusconi, en la que le "sugerían" lo que tenía que hacer si quería que el BCE aliviase la presión insoportable ejercida por los especuladores contra la deuda italiana. La carta fue filtrada a la prensa y publicada por el Corriere Della Sera el 29 de septiembre de 2011.
El texto de la carta no dejaba lugar a dudas: era un acta de rendición sin paliativos y un atentado contra la democracia parlamentaria. Efectivamente, Jean-Claude Trichet y Mario Draghi (que aún no estaba en el cargo) “pedían” a Berlusconi que reformara la Constitución, que gobernara por decreto-ley, que mermara las pensiones y los salarios de los funcionarios, que facilitara el despido, que legislara a favor de las empresas, que limitara la negociación colectiva (lo que supondría, automáticamente, una rebaja de los salarios), que privatizara a gran escala, que rebajara el seguro de desempleo, que disolviera las provincias y que, costara lo que costase, alcanzara en el año 2013 el equilibrio presupuestario, aplicando automáticamente recortes adicionales en el gasto público si con las medidas anteriores no fuese suficiente.
Los autores de la carta no mencionaban el fraude fiscal, no dedicaban una sola palabra a los enjuagues bancarios, no amonestaban a los especuladores, callaban sobre los paraísos fiscales y olvidaban las causas de la gravísima crisis que carcome los cimientos del Estado del Bienestar. Las autoridades del BCE, comprometidas con la podredumbre de un sistema enfermo y dañino, presentaban un diktat secreto a Italia incompatible con la democracia y con la paz social. En la carta, los tecnócratas del BCE mostraban que tienen ideología, y que sus principios son los del sistema podrido que defienden.
Desgraciadamente, muchas de las medidas descritas en la carta nos resultan familiares. Reducir las pensiones, rebajar los salarios de los funcionarios, destruir la negociación colectiva y, por tanto, disminuir también los salarios de los trabajadores, empeorar aún más las condiciones laborales para incrementar la explotación de la mano de obra, legislar a favor de las empresas, privatizar, recortar gastos sociales, reformar la Constitución con urgencia y sin consulta popular, etc., forman parte del paisaje nacional de un país, el nuestro, que es conducido con mano firme hacia la ruina económica y social por un gobierno de marionetas.
Ahora sabemos que Zapatero recibió una carta parecida a la de Berlusconi. Pero, a diferencia de Italia, en España no se filtró a la prensa porque el PSOE y el PP pactaron un silencio traidor. Desde que Zapatero y Rajoy aceptaron la carta de la vergüenza y de la claudicación quedaron invalidados como políticos. Por eso nos la ocultan.
Cuanto más se agudiza la crisis más se manifiesta que el capitalismo es incompatible con la democracia. En España, como en Italia, el Gobierno ya no gobierna, las elecciones son una pamema, los parlamentos son aceptados sólo en la medida en que legislan a favor de los especuladores, la Constitución ha sido ultrajada y los ciudadanos son obligados a aceptar un futuro servil, empujados por el miedo a perderlo todo. El PSOE consintió la carta confidencial firmada por Trichet y Draghi. El PP, también. Por eso acordaron reformar la Constitución en cinco minutos, allá en el mes de agosto.
Que nadie se engañe. La carta de rendición aceptada por el bipartidismo es el programa electoral del PSOE y del PP. Si los dirigentes de ambos partidos tuvieran una pizca de vergüenza deberían marcharse a sus casas y pedir al actual presidente del BCE, Draghi, que hiciera campaña por ellos o, mejor aún, que Goldman Sachs impusiera en España un gobierno de banqueros y de especuladores que termine de saquear el país y abuse de nuestras familias.
Dado el interés de la carta, la hemos traducido del original en inglés para facilitar su lectura. El texto es el siguiente:
Frankfurt/Roma, 5 de agosto de 2011
Estimado Primer Ministro,
El Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo trató el 4 de agosto la situación de los mercados de deuda pública italiana. El Consejo de Gobierno considera que es esencial que se produzcan acciones de presión por parte de las autoridades italianas para restaurar la confianza de los inversores.
La reunión de Jefes de Estado y de Gobierno de la zona euro de 21 de julio de 2011, concluyó que “todos los países del euro reafirman solemnemente su determinación inflexible de respaldar totalmente sus propias deudas soberanas, y su compromiso a favor de unas condiciones fiscales sostenibles y de reformas estructurales adecuadas”. El Consejo de Gobierno estima que Italia necesita urgentemente apuntalar el mantenimiento de su deuda soberana y sus compromisos a favor de una fiscalidad sostenible y de las reformas estructurales convenientes.
El Gobierno de Italia ha decidido alcanzar un presupuesto equilibrado en el año 2014, y para este propósito ha adoptado recientemente medidas de carácter fiscal. Esta decisión ha sido importante pero no suficiente.
En la coyuntura actual, consideramos esencial que se tomen las siguientes medidas:
1. Estimamos que es imprescindible hacer lo posible para fortalecer el potencial de crecimiento económico. Recientemente el Gobierno tomó decisiones adecuadas al respecto. Otras medidas están discutiéndose aún con los agentes sociales. No obstante, es necesario tomar más medidas, siendo crucial avanzar por este camino con firmeza. Los cambios imprescindibles han de procurar un aumento de la competencia, particularmente en el sector de los servicios para mejorar la calidad de los servicios públicos, y diseñar el sistema regulador y fiscal mejor adaptado a apoyar la competitividad de las empresas y la eficiencia del mercado de trabajo.
a) La reforma estratégica debería ser completa, de largo alcance y creíble, incluyendo la liberalización total de los servicios públicos locales y de los servicios profesionales. Aquí debería aplicarse especialmente un sistema de provisión de los servicios locales mediante privatizaciones generalizadas.
b) Es también necesario avanzar en la reforma de la negociación colectiva, permitiendo los acuerdos en el nivel de empresa para que los salarios y las condiciones laborales se ajusten a las condiciones específicas de cada negocio, en detrimento de lo que determinen los convenios colectivos. El acuerdo del 28 de junio entre los sindicatos mayoritarios y las asociaciones de empresarios ya apuntaba en esta dirección.
c) Hay que aprobar una revisión completa de las leyes que regulan la contratación y el despido de los trabajadores, junto con el establecimiento de un seguro de desempleo y de un conjunto de políticas activas sobre el mercado de trabajo adecuadas a la reasignación de recursos hacia las empresas y los sectores más competitivos.
2. El Gobierno ha de tomar inmediatamente medidas audaces para asegurar la sostenibilidad de las finanzas públicas.
a) Son necesarias más medidas de corrección fiscal. Estimamos imprescindible que las autoridades italianas adelanten, al menos un año, las decisiones adoptadas en julio de 2011. A través principalmente de los recortes del gasto, el objetivo debería ser un mejor control del déficit en 2011, un endeudamiento neto del 1% para 2012 y un presupuesto equilibrado en 2013. Hay margen para intervenir aún más en el sistema de pensiones, haciendo más riguroso el criterio de elegibilidad para las pensiones de jubilación, alineando rápidamente la edad de jubilación de las mujeres que trabajan en el sector privado con la que rige para los empleados públicos, con lo que se conseguiría un ahorro en el gasto ya en el 2012. Además, el Gobierno debería considerar la reducción significativa del coste de los empleados públicos, bien mediante el incremento de la rotación del trabajo y, si es necesario, mediante la reducción de sus salarios.
b) Es preciso introducir una cláusula de reducción automática del déficit que determine que cualquier desviación con respecto a los objetivos marcados se compense automáticamente con recortes horizontales sobre los gastos discrecionales.
c) Los préstamos, incluida la deuda comercial y los gastos de los gobiernos locales y regionales, deberán someterse a un control estricto, de acuerdo con los principios de la reforma de las relaciones fiscales intergubernamentales que ya está en marcha.
A la vista de la gravedad de la situación de los mercados internacionales de capital, estimamos crucial que todas las acciones especificadas en las secciones 1 y 2 de esta carta sean ejecutadas lo antes posible mediante decretos-leyes, y ratificadas por el Parlamento a finales de septiembre de 2011. También sería muy conveniente aprobar una reforma de la Constitución que endureciera las reglas fiscales.
3. Animamos al Gobierno a que de manera urgente tome medidas para acometer una revisión completa que permita una mayor eficiencia de la administración, así como lograr mayores facilidades para las empresas. Debería aplicarse el uso sistemático de indicadores de rendimiento en las entidades públicas (singularmente en la sanidad, la educación y la justicia). También es necesario un fuerte compromiso para abolir o unificar algunos niveles de la administración (por ejemplo, las provincias). Además, deberían ser fortalecidas las acciones encaminadas a aprovechar al máximo las economías de escala en los servicios públicos locales.
Confiamos en que el Gobierno tomará las decisiones apropiadas.
Mario Draghi, Jean-Claude Trichet
Emilio Alvarado Pérez es Portavoz de IU en el Ayuntamiento de Azuqueca de Henares